La ‘Sirenita’ Michelle Alonso alarga su tiranía en los 100 braza SB14

La nadadora tinerfeña conquista el oro en Tokio con récord del mundo (1:12.02) y ya suma tres metales dorados en Juegos Paralímpicos tras los de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

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Michelle Alonso conquista su tercer oro en 100 braza SB14 en unos Juegos Paralímpicos. Fuente: CPE

‘Porque soy una campeona y me vas a oír rugir. Ahora estoy flotando como una mariposa y voy picando como una abeja’. Es un trozo de la letra de ‘Roar’, la canción de Katy Perry que se convierte en su fuente de motivación antes de salir a la piscina. Así se sintió Michelle Alonso en el agua, poderosa y amenazante, había mudado la piel de su timidez para dar paso a la fiereza, garra y ambición con la que logra alargar su tiranía en los 100 metros braza SB14. La tinerfeña voló en el Centro Acuático de Tokio para cazar su tercer oro en tres Juegos Paralímpicos y batir su propio récord del mundo, dejándolo en 1:12.02.

Lleva casi una década siendo la reina de la prueba y no hay quien la destrone. Solo hace tres años en el Mundial de Londres perdió la batalla ante la británica Louise Fiddes y desde entonces tenía una espinita clavada. Seria, concentrada y con la mirada en el horizonte aguardaba en el poyete para librar un duelo con su gran rival. En la clasificación de la mañana había hecho el mejor tiempo (1:13.35) mientras que la joven inglesa reservó gasolina (1:18.64), como suele ser habitual en ella.

Lo avisaba su entrenador, José Luis Guadalupe, que para ganar el oro tendría que “apretar un poco más”. Tras persignarse tres veces se lanzó al agua y ahí comenzó su exhibición. Michelle desde la calle cuatro con un gran subacuático para tomar la delantera, llegó a poner más de un cuerpo de distancia con Fiddes en los primeros 50 metros. Tras el viraje, la canaria encendió la turbina para dejar a todas atrás, ya solo era una pelea entre ella y el crono, quería también el récord del mundo y lo destrozó con 1:12.02, bajándolo en 59 centésimas. La británica se quedó con 1:15.93 para llevarse la plata.

La tinerfeña no podría creérselo, se subió a la corchera y lanzó un grito que retumbó en las gradas vacías. Esta es una presea especial para la abanderada española ya que se ha gestado en Tokio, “mi ciudad favorita. Desde pequeña soy una ‘friki’ del anime y del manga, pero lo que más me gusta es la cultura de respeto que tienen y esas buenas vibraciones que me contagian”, decía en una entrevista con este medio. Incluso hace un par de años fue protagonista de un documental de la cadena televisiva japonesa WOWOW: “Ya me conocen, he ganado muchos seguidores en las redes sociales”.

«Voy a ser sincera, no me esperaba conseguir la medalla de oro, yo pensaba en la plata, no sabía cómo estaban mis rivales, sobre todo, las inglesas, y encima he conseguido récord del mundo, que no me lo esperaba para nada. Esto es un sueño, todavía estoy en la cama y me tengo que despertar. Me siento súper contenta, ya son tres medallas paralímpicas”, ha apuntado.

Colofón dorado para la ‘Sirenita’ de Tenerife, que mantiene su corona en el 100 braza SB14, prueba en la que lo ha ganado todo: tres oros paralímpicos, dos veces campeona del mundo y varios oros europeos. También ha derribado barreras en la piscina, siendo la primera nadadora con discapacidad en disputar un campeonato de España absoluto. Y este año fue capaz de superar en un 50 braza a la húngara Katinka Hosszú, nueve veces campeona mundial y medallista olímpica.

Gran parte de su éxito se lo debe a José Luis Guadalupe, el técnico que la ha moldeado desde los 14 años cuando le animó a continuar en la natación. Se enfundó las gafas y el gorro con siete años por recomendación médica debido a problemas de espalda. Atesoraba cualidades, pero no se integró bien en su primer club porque no supieron tratarla bien. Tenía problemas de comunicación y se sentía desplazada por las demás compañeras por su discapacidad intelectual. Con ‘Guada’, su mentor, su álter ego, todo cambió. Él fue la persona que supo pulir sus virtudes y motivarla para llegar a convertirse en la reina de la braza.

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