Del río Guadalquivir a un cuarto puesto en la bahía de Tokio en los Juegos Paralímpicos. Un diploma de mucho mérito el que ha conseguido Javier Reja en la modalidad PR1 scull de remo, un deporte en el que lleva compitiendo desde abril, cuando consiguió la clasificación para la capital japonesa. La medalla la tuvo en sus manos, durante más de 1.500 metros navegó en segunda posición, pero en el tramo final fue superado por dos rivales.
El andaluz plantó batalla hasta cruzar la meta en las aguas mansas del canal Sea Forest. Se había colado entre los seis mejores tras ser segundo en la repesca con 9:33.42 y en la última regata salió desde la calle seis con brío y valentía, a la par del ucraniano Roman Polianskyi, oro en Río 2016 y vigente campeón del mundo que pronto se despegó del resto para volar en solitario hacia la victoria (9:48.78).
Por detrás, Reja seguía clavando cada palada con buen ritmo, pero tras el paso por el 1.500, el australiano Erik Horrie (10:00.82) y el brasileño Rene Campos (10:03.54) le superaron para llevarse la plata y el bronce, respectivamente. El palista sevillano acabó en la cuarta plaza con 10:06.73, a tres segundos del podio.
“Sabíamos que el ucraniano tenía una marcha más y que podía optar a la plata, salí en el primer 1.000 a muerte, que era la estrategia, el tercer 500 mantenerme como podíamos y subir en el último. En los 250 metros finales no he podido más, me he comido varias boyas y di el resto para ser cuarto, que me sabe a oro. Ha sido una regata de 10, me quedo con eso”, ha explicado.
Hace cinco años estuvo en la cita de Río de Janeiro 2016 en piragüismo, disciplina a la que se agarró poco después del accidente de tráfico que cambió su rumbo en 2006 y que le dejó en silla de ruedas. Con la canoa luce en su palmarés cuatro metales mundiales -un oro en Duisburgo 2013- y otros cuatro europeos. En las últimas temporadas había sufrido dos operaciones en los codos por epicondilitis y el remo le vino como traje a medida.
En abril tuvo su bautismo internacional en Varese (Italia), donde llegó, vio y venció en la regata continental clasificatoria para Tokio. Ahora se ha convertido en el segundo remero español en disputar unos Juegos Paralímpicos en categoría individual, uniéndose al asturiano Juan Pablo Barcia, actualmente coordinador nacional de remo adaptado y que estuvo en Pekín 2008 y en Londres 2012.
Por su parte, el cuatro con timonel mixto (PR3Mix4+) ha terminado en el quinto puesto en la final B con 8:12.51. La embarcación española, formada por Jorge Pineda, Pepi Benítez, Enrique Floriano y Verónica Rodríguez, junto a la timonel Estíbaliz Armendáriz, se había clasificado por sorpresa en el Preolímpico de Gavirate (Italia) cuando apenas tenía unos meses de vida. Se trata de un equipo en el que hay puestas muchas esperanzas y que ya mira con ilusión a París 2024.