Una colosal Marta Fernández pone el epílogo con un bronce

La nadadora burgalesa sube al podio en 50 libre S4 y cierra su participación en sus primeros Juegos Paralímpicos con tres medallas. Ganó el oro en 50 braza y la plata en 50 mariposa.

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Marta Fernández posa con el bronce en 50 libre S4, su tercera medalla en Tokio. Fuente: CPE

De apetito insaciable y dotada con una calidad y versatilidad que le distingue, Marta Fernández ha brillado con luz propia en su debut en unos Juegos Paralímpicos. Con tres medallas ha sido la deportista española más laureada en Tokio. La burgalesa ha puesto el epílogo perfecto a una actuación colosal en la piscina de Tokio con un bronce en 50 libre S4, que se suma al oro en 50 braza SB3 con plusmarca nacional y a la plata con récord del mundo en 50 mariposa S4.

Sin hacer apenas ruido, el trabajo ingente que venía realizando en el Centro Río Esgueva de Valladolid con Raúl Carrasco y Javier Alonso comenzó a dar sus frutos el verano pasado. Sus marcas y los siete metales que conquistó en el Europeo de Funchal (Portugal) en mayo vaticinaban que estaba para hacer algo grande en la capital tokiota, pero las expectativas las ha superado con creces en su debut.

Sin que le atenazase el vértigo por su condición de neófita en una cita paralímpica, Marta ha firmado un papel espectacular en el Centro Acuático embolsándose una medalla tras otra. Su nado es como el de un tiburón, ágil, ligero y amenazante. La ambición le arde en su interior y después de ganar un oro y una plata lo ha vuelto a confirmar cerrando una competición prodigiosa con un bronce tan grande como su entrega.

En la final del 50 libre S4 salió por la calle cuatro, siendo la única de las ocho participantes que nadó a mariposa. A pesar de que su reserva de energía estaba al límite, valiente y decidida luchó con denuedo para ponerse en cabeza hasta la mitad de la prueba, cuando la australiana Rachael Watson aceleró a su izquierda para llevarse el oro con récord paralímpico (39.36). La italiana Arjola Trimi se hizo con la plata y con la plusmarca mundial en S3 (40.32), mientras que la española alcanzaba el bronce al tocar la pared en 40.85 segundos, que supone nuevo récord de España.

“Era una prueba muy dura, pero estoy muy contenta. Tres medallas es una locura, además de la experiencia con el equipo, que ha sido espectacular. Estoy feliz, me tomaré unos días de descanso para celebrarlo y después a entrenar para pensar ya en París 2024”, ha comentado con una voz henchida de satisfacción.

La nadadora del CD Fusion, club que preside Geles Fernández Lebrero (cinco veces medallista paralímpica), se siente poderosa y sin límites en el agua a pesar de la enfermedad neurodegenerativa que tiene y cuya espasticidad va cada vez a peor. Nació hace 27 años con tetraparesia espástica, que le afecta a todo el cuerpo y es de carácter progresivo. Con tres años dio sus primeras brazadas, era la mejor rehabilitación para sus extremidades. Esta temporada ha mudado la piel para llegar a convertirse en una de las protagonistas de la piscina japonesa.

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