Tres ruedas y los pedales en las manos. La handbike se convirtió hace siete años en la inseparable compañera de Israel Rider, un ciclista con determinación que vuela a ras de suelo, un estajanovista incansable en la carretera. Con trabajo y persistencia se ha ganado por derecho un hueco entre los mejores del mundo en categoría H3, siendo a sus 50 años uno de los motores que permiten funcionar al Team Relay español, prueba en la que la selección nacional vive instalada en el podio desde su debut en 2017 y que huele a medalla en los Juegos Paralímpicos de Tokio. “Nadie nos regalará nada, habrá que pelearla”, recalca.
Gracias a ese espíritu luchador, optimismo y buena energía que desprende, el catalán superó hace dos décadas un duro revés tras un accidente de trabajo. Era técnico de estructuras y en una excavación en una obra sufrió una caída en la que se fracturó varias vértebras y le dejó una lesión medular. Perdió la movilidad de las piernas y su vida se transformó por completo, pero nunca se vino abajo. “Siempre he sido pragmático, no lo pasé mal y estando hospitalizado solo pensaba en levantarme de la cama y en volver a empezar”, explica.
Quedar anclado a una silla de ruedas no fue ninguna cortapisa y el deporte continuó siendo su gran aliado. El de Viladecans (Barcelona) era jugador profesional de billar, llegó a ser campeón de España y disputó varios mundiales en Las Vegas. Después de lo ocurrido, Rider retomó su pasión, agarró de nuevo el taco y siguió golpeando las bolas sobre el tapete verde, logrando buenos resultados, como un quinto puesto en un Europeo. “En el último torneo continental quedé decepcionado, no terminé de acostumbrarme a jugar con rivales en silla, sorprendentemente se me daba mejor enfrentarme a gente sin discapacidad, así que decidí dejarlo”, lamenta.
Un mes más tarde se cruzó en su camino el ciclismo, que le devolvió la ilusión por competir. Probó la handbike y tuvo la sensación de renacer. “Me entusiasmó. Me prestaron una y a los tres días hice la media maratón de Sitges en 2014, en la que quedé tercero. Ese fue el pistoletazo de salida, me enganchó. Ese mismo año completé una etapa del Giro de Italia en nuestra modalidad y conocí a mi entrenador, Francesco Chiappero, que ha preparado a campeones paralímpicos y del mundo como son los italianos Álex Zanardi y Vittorio Podestà. Me dijo que tenía madera de deportista y que en cuatro o cinco años estaría arriba entre los mejores”, relata.
No se equivocó. Ha sido campeón de España y poco a poco ha ido creciendo hasta codearse con la élite mundial en H3, la categoría más igualada del circuito internacional y en la que más participantes suele haber. “El nivel es brutal y la competencia feroz, en una Copa del Mundo pueden correr 60 ciclistas y hay que hilar muy fino porque si te descuidas pasas de estar en las primeras posiciones al puesto 25”, asegura Rider, cuyo mejor resultado individual lo cosechó este año en el Mundial de Cascais (Portugal) con una octava plaza en la ruta.
Sus mayores logros, con el Team Relay
Las medallas que luce en su palmarés han llegado en el Team Relay formando tridente con Sergio Garrote y Luis Miguel García-Marquina. Debutaron en la Copa del Mundo de Emmen (Holanda) en 2017 con un bronce y desde entonces no han parado de sumar preseas. Sus mayores logros, un bronce en el Mundial de Maniago (Italia) 2018 y la reciente plata en el asfalto portugués. Una prueba exigente en la que arde el ácido láctico y se disparan las pulsaciones y los vatios. “Es durísima, das el máximo en cada pedalada, cada vuelta te deja sin aliento, sin fuerzas y al borde del colapso”, detalla.
El buen rendimiento que vienen ofreciendo ha sido motivo suficiente para que el seleccionador español, Félix García Casas, apueste por ellos de cara a los Juegos Paralímpicos. “Tenemos una gran oportunidad de hacer algo bonito. Hay presión y responsabilidad porque representas a un país, pero lo afronto de la misma manera que lo hago en cualquier otra carrera, con la intención de darlo todo. En individual no me planteo un objetivo concreto, en la contrarreloj espero hacer un buen tiempo y en la ruta estar con el grupo delantero hasta el final, habrá que sufrir porque el circuito es duro”, añade.
Sus opciones de medalla pasan por el Team Relay: “Somos tres ciclistas muy regulares y combativos, nos vamos a dejar el alma. Será complicado, pero somos los vigentes subcampeones del mundo y venimos demostrando nuestro crecimiento. En el primer Mundial hace tres años, Italia y Estados Unidos nos sacaban mucho tiempo y esta temporada les hemos ganado a ambos, las diferencias ya son mínimas. Tenemos ambición y creemos en el podio, vamos a por el oro, y si no, al menos coger plata o bronce”.