La ‘Señora’ Sonia Ruiz, el alma de la selección de baloncesto en silla

A sus 40 años, la capitana del equipo español cumplirá el sueño que le faltaba en su dilatada trayectoria, disputar unos Juegos Paralímpicos.

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La capitana de la selección española de baloncesto en silla, Sonia Ruiz, durante un partido. Fuente: Ilse Schaffers

Cuando la selección española femenina de baloncesto en silla de ruedas renació hace 19 años, Sonia Ruiz ya estaba allí. Infatigable y de espíritu indomable, lleva dos décadas sin soltar la batuta, pese al relevo generacional. Ha vivido penurias y ha tenido que sortear muchas barreras, pero nunca claudicó gracias a su rebeldía y tesón. Ahora, a sus 40 años, la ‘Señora’, como la llaman sus compañeras, saborea el momento más dulce de España, que estará en unos Juegos Paralímpicos 29 años después. “No podía retirarme sin ir a unos Juegos y si no hubiese conseguido el billete para Tokio, seguro que aguantaría hasta París 2024”, dice entre risas.

Aún le escuece el no haber estado el día en el que se logró la clasificación en el Europeo de Rotterdam hace dos veranos. Se perdió el decisivo encuentro ante Turquía porque tuvo que marcharse para votar como diputada en el Pleno de la Asamblea Regional de Murcia. “Intenté cambiar la fecha, pero era imposible. Ya lo habíamos festejado el día anterior tras ganar a Francia porque sabíamos que lo teníamos hecho, pero me dolió no estar en la celebración oficial. Viví la fiesta del vestuario por videollamada, me emocioné mucho, no paré de llorar”, asegura la jugadora que más veces ha vestido la camiseta nacional (119 partidos), siempre con la constancia como libro de estilo.

Estar en Tokio 2020 es la guinda a una gran trayectoria. Con 19 años su vida dio un giro brusco tras sufrir un accidente de moto que le provocó una lesión medular. “Era muy hiperactiva y apenas tuve tiempo de duelo, pasé tantas horas tumbada en la cama que la silla fue una liberación, volvía a ser la Sonia de siempre, no fue un castigo sino un alivio, por fin podía salir de la habitación”, confiesa. Durante su estancia en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo conoció el baloncesto. “Un día bajé a la sección de deportes y olí a goma quemada. Vi a una manada de ‘locos’ moviéndose en sillas súper raras y botando un balón. Fue un flechazo, me enganchó, era lo que necesitaba para sentirme otra vez yo”, relata.

Su primer club fue el Safemi San Fernando con Abraham Carrión como entrenador. Después fichó por el ONCE Andalucía y fue la primera mujer en ganar la Liga y la Copa del Rey. Años más tarde se convirtió en la primera española en jugar en el extranjero, concretamente en Australia. Además, en todos estos años ha militado en equipos como el Polaris World BSR, el Fuhnpaiin-Peraleda, el Fundación Grupo Norte, el Elche y ahora en el UCAM Murcia BSR, club que también preside y con el que ha logrado este curso el ascenso a División de Honor, con un dato destacable y de gran valor, el quinteto femenino que ha formado junto a Beatriz Zudaire, Vicky Alonso, Lourdes Ortega e Isa López.

“Hace poco tuve que revisar mi currículum deportivo y ahora me doy cuenta de todo lo que he conseguido. No soy egocéntrica, pero me llena de orgullo, ves lo que has luchado por la igualdad de la mujer en este deporte”, explica. Pese a que dobla la edad a algunas jugadoras se siente en una segunda juventud. “Algunos llevan años retirándome, pero me niego. Estoy bien, fuerte, rápida con la silla y el ser una perra vieja me ayuda a suplir la carencia física. Solo me noto más mayor cuando me miro al espejo y veo que tengo más arrugas”, bromea.

Con 10 europeos y un Mundial a sus espaldas, Ruiz formó parte de aquella reunión en Dos Hermanas (Sevilla) en 2002 donde la selección femenina volvió a resurgir tras seis años en el olvido. “Ha habido momentos muy duros, pero también ha sido un camino precioso pese a los obstáculos y a las dificultades que nos tocó vivir. Buscamos jugadoras, el nivel creció, pero los resultados no acompañaban. Después llegó Abraham Carrión y nos transmitió su energía y sus ganas. Nos hemos llevado muchos palos extradeportivos, hemos tenido que remar a contracorriente, pero cuando trabajas con pasión y crees en lo que haces, se acaban alcanzando las metas”, recalca.

En el Europeo de Wetzlar (Alemania) en 2007 España fue cuarta y se quedó a una posición de ir a Pekín 2008. Desde entonces, la base murciana suele ver los Juegos por televisión “con rabia, impotencia y envidia incontrolable”. La pandemia de la Covid-19 le obligó a tener que estirar unos meses más su carrera deportiva y ahora será una de las protagonistas en Tokio: “Llevo 19 años persiguiendo unos Juegos, así que cuando el coronavirus apareció, no me importaba esperar 500 días más para lograrlo. Lo que más ilusión me hace es dar la vuelta al estadio con la delegación española en la ceremonia de inauguración, es con lo que más he soñado desde que tenía 11 años y vi en casa los Juegos de Barcelona 92”.

La selección se enfrentará en la fase de grupos a Holanda, Estados Unidos, China y Argelia. “España ha aumentado su calidad, veo factible estar peleando por quedar entre las cinco primeras. Tenemos un equipo muy completo y versátil, con rotaciones rápidas, gente alta, jugadoras que las enchufan desde el exterior, puntos cuatro que corren mucho y presionan bien. Cada vez es más difícil jugar con nosotras. No nos conformamos con llegar solo a los Juegos, somos muy competitivas, rebeldes y podemos dar alguna campanada. Nadie irá con la misma ilusión que España y si seguimos con esta dinámica positiva podemos luchar por el bronce”, matiza el alma del baloncesto femenino español.

TEST TOKIO 2020. Conociendo a Sonia Ruiz

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