Javier Reja Muñoz (Sevilla, 1974). Remo. Disputará en Tokio sus segundos Juegos Paralímpicos. Ya estuvo en Río 2016 en piragüismo.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de unos Juegos?
Las medallas de oro y de plata que consiguió el piragüista David Cal en los Juegos de Atenas 2004.
¿Qué cosas no pueden faltar en su maleta cuando viaja para competir?
El teléfono para estar comunicado con la familia y unos cascos para escuchar música.
Completa la frase. Si gana una medalla en Tokio…
Supondría una alegría inmensa, el máximo reto que puedo alcanzar deportivamente. Si consigo una me tiraría al agua en la bahía y si hace falta hasta me la bebo -ríe-.
¿Qué apuesta estaría dispuesto a hacer por ganar una medalla?
Yo firmo hacer locuras hasta sin ganar medalla -ríe-, pero quizás, puenting con la silla de ruedas o recorrer el Camino de Santiago en handbike.
¿Un momento imborrable en unos Juegos?
La ceremonia de clausura en el estadio de Maracaná en Río 2016, ya estaba liberado de toda la tensión de la competición y disfruté como un niño desfilando con el equipo español.
¿Alguna manía antes de salir a competir?
En el calentamiento me pongo música que me active.
Un defecto y una virtud.
Mi virtud es la constancia, nunca me rindo. El defecto, que la comida me pierde, es muy duro privarme de las cosas buenas que tenemos por Andalucía y me cuesta la vida mantener una dieta -ríe-.
Una frase o lema.
Hay que mantener la mente ocupada y no preocupada.
De no haber practicado piragüismo o remo, ¿qué deporte le habría gustado hacer?
Triatlón.
¿A qué personaje retaría en su deporte?
No retaría a ningún deportista o famoso, me gustaría navegar por el río Guadalquivir con mi mujer o mi hijo Jesús.
¿Qué fotos decoraban su habitación cuando era pequeño?
Tenía fotos de motociclismo, sobre todo, del piloto estadounidense Kevin Schwantz.
Cuando era niño, ¿con qué soñaba ser de adulto?
Soñaba con ser motociclista profesional.
Algo que aún no haya hecho y que le gustaría hacer.
Tirarme en paracaídas.
Si fuese presidente del Gobierno, ¿qué cosas haría o cambiaría?
¡Ojú! Lo cambiaría todo, tal y como va la cosa en España -ríe-. En el ámbito deportivo sacaría más ayudas para el deporte base, hay que involucrarse más y echarle más cuenta al deporte minoritario, en este país parece que solo existe el fútbol y hay que empezar desde la escuela a promover esas otras disciplinas para que los niños tengan un amplio abanico dónde elegir.
Si pudiera cenar con cualquier personaje, ¿a quién elegiría?
A Jesucristo, soy un tío creyente.
¿Cuál es su forma de desconectar?
Escuchando música.
¿Qué alimento nunca falta en su nevera o despensa?
Si te digo los alimentos que nunca me pueden faltar podría escribir una enciclopedia -ríe-. La comida es mi debilidad, así que no me falta de nada. Sobre todo, chocolate, patatas fritas y algún que otro dulce.
¿En qué tarea doméstica podría aspirar a medalla?
En la cocina, se me dan muy bien platos como el arroz o cualquier tipo de guiso. Y comiéndomelos ahí sí que gano el oro -ríe-.
¿Qué suele ver en televisión?
Llego tan cansado a casa que me voy directo a la cama. Sí suelo ver buenas películas policíacas y de acción.
Una canción que le motive.
‘Highway to Hell’, de AC/DC.
Reportaje. El multidisciplinar Javier Reja, del Guadalquivir a la bahía de Tokio